Un evento o fiesta ajena a nuestras historias, «la navidad» nos fue impuesta, nos obligaron a creer un mito, un fetiche, un relato hebreo-judío, readaptado por el cristianismo romano como si fuera el único y valedero. Que yo sepa, las comunidades del Tawa Inti Suyu, no son descendientes de ninguna de las 12 tribus de Israel.
Es en este mes de diciembre que se siente, se huele y se ve, la colonización sistemática psico-social. Un regalo, un panteón, un arbolito decorado con luces, un gordito vestido de rojo cargando una bolsa con juguetes, unas figuras de animales de yeso al rededor de una cuna de paja llamada «pesebre» donde supuestamente nació el salvador, el mesías, el redentor, el cristo… son la materialización del dominio mental sistemático pico-social-cultural, de nuestras subjetividades.
¿Solo en este día y en su noche buena, el individualismo es superado por la solidaridad comunitaria?, ¿Solo en este día y en su noche buena, podemos desear felices fiestas honestamente a nuestros parientes y amigos con un abrazo fraterno?. ¿Resultaría ser un día con su noche buena de hipócritas, de gentes falsas, de personas calculadoras, de seres humanos egoístas, ególatras, egocentristas?. Se entendería que solo se espera este día con su noche buena, para ser un buen cristiano con valores santificados por lo judío y hebreo (israelita). ¿Nos quieren decir que todos los demás días no son días y las demás noches son noches malas?
¿Entonces, por influencia de una memoria extranjera, impuesta bajo pena de muerte, solo hoy recordamos que no somos individualistas, que debemos comportarnos fraternalmente en comunidad los unos con los otros?
Esta colonialidad psico-social, impuesta por la fe cristiana-romana, nos recuerda qué, cada mes de diciembre de cada año, qué nunca fuimos considerados como seres humanos, alguien dijo gente de bien, pues nuestras tradiciones como el Qhapaq Inti Raymi, no son Nada, pues no tiene antecedente histórico-cultural- antropológico propio, no tiene originalidad, no es único, subjetivo y existencial. El mensaje se «Niega lo tuyo por propia voluntad y estarás sometido al pensamiento moderno».
El mejor regalo es aquel que te pone enfrente tuyo tu vida, el cuidado de la vida de tus hijos, hijas, padres, madres, abuelos, abuelas, hermanos y hermanas… La vida es un presente, de la cual damos gracias a la madre-tierra o pachaMama.
La vida no es un regalo de alguna tribu del pueblo, de los judíos o israelitas, tampoco es un regalo de la fe en alguna moderna nación cristiana. El mundo de la vida judeo-cristiano, menosprecia al Qhapaq Inti Raymi, porque no lo considera moderno, lo considera salvaje, bárbaro, propio de individuos incivilizados, sin historia.
Por tal razón moderna, cada mes de diciembre de cada año del calendario gregoriano, tienen la necesidad de demostrarnos su superioridad cultural por medio de la navidad. Hasta el niño Jesús es presentado racialmente de color blanco y ojos azules.
Las almas esclavas son fácil presa de esta imposición psico-social moderna, estás almas hasta la promueven y la defienden a capa y espada. Las almas libres, no tenemos la necesidad existencial de aceptarla, basta con celebrar nuestras fechas sagradas, sin necesidad de imponerla. El mensaje es muy evidente, cuando debemos descolonizarnos de las navidades, fiesta que nos somete al valor objetó, en desmedro del valor sujeto. Por David inca Apaza, Activista por los derechos humanos.
Foto: Opinión