Desde tiempos inmemoriales, los Aymaras realizan la fiesta de la “Illa”, una celebración a la miniatura (fractal), que representa algo más grande. Es así que si tú deseas comprar un auto; en estas fechas debes comprarte una miniatura y hacerlo “Ch´allar” llamar el ajayu (energía cuántica) del auto a través de un rito ancestral que lo realiza un yatiri (guía espiritual aymara)Tu mente, cuerpo y espíritu se predispondrá a cumplir ese deseo, que dentro de un año más o menos se cumplirá y comprarás tu auto. Eso según la cosmovisión de la civilización aymara.
Esta fiesta ancestral milenaria, se realizaba en el equinoccio de verano el 21 de diciembre, considerado una de las 8 fiestas designadas por la chacana, cruz andina (cruz del sur). Esta fecha cósmica fue modificada el año 1783, por el gobernador Sebastián de Segurola después del vencer al levantamiento de Tupak Katari y Bartolina Sisa, la fecha fue trasladado al 24 de enero en homenaje a la fiesta de Nuestra Señora de La Paz.
El ekeko (Iqiqu) es un ser jorobado considerado hijo del rayo, porque cuando una mujer está embarazada y ve caer un rayo, el niño nacerá jorobado. Por eso esas personas son consideradas personas sagradas capaces de manejar energías cuánticas con la capacidad de curar tanto el espíritu como el cuerpo.
El ekeko moderno, un petizo, gordo, blancón, con ojos azules y con bigote, es un impostor, introducido por los invasores españoles, para confundir a los naturales pueblos ancestrales. FOTO eabolivia.com