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“Once años de mi vida dedicados a la creación de la Universidad Pública de El Alto (1989-2000)”

Poradministrador

Sep 7, 2025

Testimonio del Dr. Uriki David Ticona Balboa

Capítulo I: Los Años 80 – El Sueño de una Universidad Alteña

Desde los primeros congresos de juntas vecinales en El Alto, la voz del pueblo se alzó con una sola demanda: la creación de una universidad propia en nuestra ciudad. Era una necesidad urgente y un anhelo colectivo que nos acompañaba en cada movilización y en cada petición al Estado.

En 1988, bajo el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, funcionaba el Servicio Nacional de Formación de Mano de Obra (FOMO). Esta institución, con autonomía de gestión, tenía como misión la capacitación de obreros calificados para impulsar la producción nacional. Su financiamiento provenía de un aporte del 1% de las empresas estatales y privadas, además del Estado y los trabajadores. Sin embargo, con la Reforma Tributaria de 1986, esos recursos desaparecieron y el FOMO quedó sin financiamiento.

El Decreto Supremo 22105 transformó al FOMO en el Instituto Nacional de Formación y Capacitación Laboral (INFOCAL), bajo la tuición de empresarios privados. Con el tiempo, sus predios en El Alto, ubicados en la avenida 6 de Marzo, quedaron abandonados y sin utilidad.

En ese escenario, el Decano de la Facultad Técnica de la UMSA, Lic. Silverio Chávez Ríos, junto con dirigentes sociales, abrió el camino para que esas instalaciones pudieran convertirse en un centro de educación superior. La Universidad Mayor de San Andrés emitió la Resolución H.C.U. 32/89 el 1 de marzo de 1989, expresando su apoyo al pueblo alteño y anunciando la desconcentración de sus unidades académicas hacia nuestra ciudad.

La respuesta del gobierno fue negativa, y ante ello, el 17 de febrero de 1989, la Federación de Juntas Vecinales decidió la toma de los predios del ex FOMO. Aquel día, marchamos miles de vecinos por la avenida 6 de Marzo hasta irrumpir en las instalaciones vacías. La represión policial no tardó en llegar, y tras un engaño fuimos desalojados. Entonces, se inicio una huelga de hambre que duró 18 días, encabezada por  Antonio Antequera, Pablo Ticona de FEJUVE , Silverio Chávez de la Fac Tec UMSA,  y varios más. Fue en medio de esa huelga donde se decidió fundar la Universidad Técnica Laboral de El Alto (UTLA).

Acto realizado en el colegio Elizardo Perez, donde el Ejecutivo del Centro de Estudiantes de la Facultad Técnica de la UMSA, ministró posesion a la flamante directiva del centro de estudiantes de la «U» alteña

Gracias a la mediación del recién nombrado Monseñor Jesús Juárez, levantamos momentáneamente las medidas de presión y se abrió la convocatoria para los primeros cursos de “Obreros Expertos”, en áreas como Electricidad del Automóvil e Instalaciones Eléctricas. La inscripción estuvo a cargo del dirigente vecinal Jhonny Fernández. Se anotaron más de 700 estudiantes, aunque en condiciones precarias y sin aval oficial.

Memorandum del Decano de la Facultad Técnica de la UMSA, reconoce al Centro de Estudiantes UTLA.

Recuerdo vivamente cómo los primeros docentes —Teófilo Huayta y Silverio Apaza— trabajaban sin recibir sueldo, dictando clases en aulas prestadas de escuelas como Miguel Grau y Elizardo Pérez, en la zona norte de nuestra ciudad. A pesar de todo, persistimos. La semilla estaba plantada.

Capítulo II: Los Años 90 – La Lucha y los Cimientos

En junio de 1989, los estudiantes nos organizamos en un Comité Electoral. Fue entonces que tuve el honor de asumir responsabilidades junto a compañeros como Casiano Huanca y Pedro Yanique. Sin embargo, pronto descubrimos que nuestras clases eran consideradas “clandestinas” por no contar con reconocimiento oficial de la UMSA. Muchos se sintieron estafados y comenzó una crisis.

La FUL de la UMSA, reconoce al Centro de Estudiantes UTLA,

Ante esa situación, reorganizamos la directiva estudiantil, esta vez con Pedro Yanique, Roberto Ascencio y mi persona, David Ticona. Nos tocó encabezar gestiones interminables ante autoridades que casi nunca nos escuchaban. Después de meses de puertas cerradas, logramos que Monseñor Jesús Juárez convocara, el 26 de junio de 1989, a una reunión interinstitucional. Allí nació el Comité Interinstitucional Pro Universidad de El Alto, con Mons. Juárez como presidente y el rector de la UMSA, Pablo Ramos, como presidente alterno.

Con el apoyo de CORDEPAZ, se decidió iniciar la construcción de infraestructura universitaria en Villa Esperanza. Se destinó un terreno de 20 mil metros cuadrados y se garantizó un millón de bolivianos anuales para su edificación. Nueve años tomó levantar esos bloques, en gran parte gracias al esfuerzo conjunto de instituciones, arquitectos, autoridades municipales y vecinos que incluso colaboraron construyendo el muro perimetral. A cargo de Pascual Alave

En 1990, asumí como Secretario Ejecutivo del Centro de Estudiantes de la UTLA. Nuestra gestión consiguió el reconocimiento de la Federación Universitaria Local de la UMSA, la primera promoción de técnicos en Electricidad del Automóvil —cuyo padrino fue Carlos Palenque— y la llegada de cursos preuniversitarios de otras carreras. Fue un logro inmenso para un movimiento que nació entre huelgas y aulas improvisadas.

Sin embargo, hacia 1991, la fuerza inicial se debilitó. Muchos compañeros se concentraron en trámites menores y la causa quedó en pausa. La infraestructura avanzaba, pero el sueño de una universidad propia seguía en el aire.

Gracias a Mónica Medina de Palenque, Gerente Social de CORDEPAZ, se desembolsa el primer millón de bolivianos para el inicio de las obras civiles de la Universidad Pública de El Alto, en Villa Esperanza sombre 20.000 metros cuadrados

En 1999, el presidente Hugo Banzer entregó oficialmente los predios construidos en Villa Esperanza a la UMSA, con el fin de instalar un tecnológico. Pero en la práctica, aquello se convirtió en un “elefante blanco”: grandes edificios vacíos, con apenas 70 estudiantes de la carrera de Máquinas y Herramientas. Para nosotros, fue otra forma de negar a El Alto la universidad que tanto había demandado.


Capítulo III: El Año 2000 – El Nacimiento de la UPEA

En febrero del 2000, en una reunión con Antonio Antequera —compañero de luchas de 1989—, decidimos que era hora de retomar el camino. Ahora teníamos infraestructura y una coyuntura política favorable. El 3 de marzo, como dirigente de la Central Obrera Regional de El Alto, presenté el proyecto de Consolidación de la Universidad en la Ciudad de El Alto.

Nuestra propuesta recordaba los antecedentes: la huelga de hambre del 89, la UTLA, el funcionamiento del Comité Interinstitucional pro Universidad de El Alto, encabezada por Mons Jesús Juares, la construcción de Villa Esperanza. La justificación era clara: El Alto era una ciudad joven y pobre, con 12.000 bachilleres anuales y apenas 100 que lograban ingresar a la UMSA. La marginación era evidente.

El 13 de marzo de 2000, Mons. Juárez convocó a una reunión histórica en la sede de los periodistas de El Alto. Allí estuvieron la FEJUVE, la COR, gremiales, magisterio, prensa y otros sectores. Esa reunión resolvió convocar a docentes ad honorem y abrir inscripciones.

El año 2000, se incia el proceso de inscripción a estudiantes de la Universidad Atónoma de El Alto, hoy UPEA

El 3 de abril iniciamos el proceso de inscripción en la sede del Sindicato de la Prensa. Sin presupuesto, sin muebles, sin autorización legal. Solo con voluntad. Los primeros jóvenes que llegaron no solo se inscribieron, sino que se sumaron como voluntarios. La autogestión nos permitió avanzar: cobramos 50 centavos por formularios y 10 bolivianos por inscripción, fondos que se depositaban en cuenta de Mons. Juárez. Con ello se compró computadoras y materiales.

La campaña de inscripción se convirtió en una verdadera movilización social. En un mes, inscribimos 15.000 estudiantes y convocamos a 500 profesionales dispuestos a enseñar sin cobrar un centavo. El movimiento era incontenible.

El 1 de mayo de 2000, 15.000 estudiantes y más de 80.000 vecinos tomamos pacíficamente los predios de Villa Esperanza. Allí nació, de facto, la Universidad Autónoma de El Alto. Nos organizamos en un Consejo Universitario Provisional, a la cabeza del Lic. Sergio Castañeta, movilizamos a las organizaciones sociales y enfrentamos intentos de división encabezada por la Asamblea de la Alteñidad y  promovidos por partidos neoliberales en función de gobierno.

1ro de mayo de 2000. Toma «pacífica» de los predios universitario en Villa Esperanza. A partir de esa fecha, cambia la suerte de la ciudad de El Alto.

No fue fácil. Hubo huelgas de hambre, crucifixiones, marchas, enfrentamientos con la policía y traiciones de algunos dirigentes. Pero la fuerza del pueblo alteño no se quebró. Finalmente, tras cuatro meses de lucha, el 5 de septiembre del año 2000, logramos el objetivo: la Ley 2115 creó oficialmente la Universidad Pública de El Alto, UPEA.

Para la gran mayoría de la comunidad universitaria alteña no fue una celebración porque nos hacían una universidad de segunda categoría por eso la Asamblea de la Alteñidad pretendió desalojarnos por la fuerza de los predios universitarios de Villa Esperanza se resistió y el gobierno se impuso con la designación de autoridades poco idóneas.

Estudiantes en huelga de hambre

Epílogo: Una Vida Dedicada a un Sueño

Aquel día, el 5 de septiembre, se cerró un capítulo de mi vida y se abrió otro para miles de jóvenes aymaras y alteños. Habían pasado once años desde aquella huelga de hambre en 1989. Once años de marchas, aulas clandestinas, promesas rotas y perseverancia.

Puse mi vida, mi tiempo y mis fuerzas en este proyecto porque estaba convencido de que la liberación de nuestro pueblo pasaba por la ciencia y el conocimiento. La UPEA no fue un regalo del Estado, fue una conquista social, un arranque de dignidad y sabiduría del pueblo aymara.

En esta hazaña, participaron miles de personas, vecinos, dirigentes, estudiantes, profesionales. La nación aymara se dotó una institución de formación profesional para liberarse de la dominación criollo mestizo. Con toda seguridad que a muchos no pude mencionarlos, pero solicito puedan escribir sus memorias para poder confeccionar un solo texto compilado.

Así nació la Universidad Pública de El Alto: con hambre, con lucha, con sacrificio y con esperanza. Tengo en mi poder 14 casetes de videos de todo el proceso de creación de la UPEA, documentos originales desde 1989 que quiero depositarlos en la universidad.

Dr. Uriki David Ticona Balboa

Proyectista, gestor y fundador de la Universidad Pública de El Alto (1989–2000). Yatiri Amauta, abogado, periodista y licenciado en Filosofía y Teología Indígena. Celular: 71539769

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