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Fiesta de la muerte y de las calaveras

Poradministrador

Nov 8, 2024

CEPABOL/8/11/24.-Cada 8 de noviembre, de acuerdo a la cosmovisión de la nación ancestral milenaria cósmico telúrica aymara, a los 8 días el ojo del difunto revienta. Es cuando se tiene que hacer el primer despacho del “ajayu” (energía, espíritu). Esta costumbre se viene practicando desde tiempos inmemoriales.

La adoración a las “ñatitas” (calaveras) se debe a que esas cabezas son de personas que ha perdido la vida en accidentes, o sea antes de que termine su ciclo en esta tierra. Los ajayus de esas personas están entre las dos dimensiones, por eso son excelentes mensajeros para comunicarse con los antepasados. El que posea esa calavera tiene que atenderlo como parte de la familia, darle agua, hacerle “pijchar” (mascar coca) darle comida y en caso de problemas, hacerle conocer y realizar sus peticiones.

El aymara cuando muere no va al cielo ni al infierno. Desde la cosmovisión milenaria aymara, la muerte es una transición, una transmutación a otra dimensión. Una persona tiene, cuatro ajayus: el jañayu, sakapa,  chiwi , y Ch´ixu. Esos ajayus (energías) se van al centro del cosmos, están en la vivienda del difunto, se van al cerro (achachilas)  y se queda en los pensamientos de sus familiares.

Cuando una persona ha cumplido su siclo de vida, la muerte es una fiesta, es sinónimo de alegría, por eso se toca pinquillos y el 2 y 3 de noviembre se toca tarka, siempre se acompaña con bebidas alcohólicas, beber no es malo para el aymara, lo malo es tomar sin ningún motivo.

 Para el aymara, la persona que fallece es sagrada. Se cree en la resurrección Se los entierra con sus pertenencias más queridas; se le encomienda “irayas” para que lleve mensajes y elementos a otros difuntos “amayas” fallecidos de la familia. Por eso no se puede incinerar el cuerpo porque se perdería toda conexión con los ajayus.

Antes de la invasión española, los aymaras se “enterraban” en “chullpares”. Se los embalsamaba en posición fetal y lo momificaban y cada 1 de noviembre a medio día iban a traer los restos, le cambiaban de ropa y lo llevaban en andas hasta su casa, allí se compartía comida y todo lo que le gustaba al difunto, se conversa con Él como si escuchara y al día siguiente se lo volvía a llevar a su nicho con música y bailes. (despacho)

El aymara sabe cuándo va a morir; los familiares muertos le mandan señales como: la llegada de una mariposa nocturna “thaparaqu”, la llegada del búho, la abundancia de hormigas, sonidos en la casa, el aullido del perro etc. El ajayu del que va a morir se manifiesta y anuncian de su partida a través de sueños a las personas, especialmente las que tienen “chimpu” (nacidos de pie, 6 dedos, dos coronas, mellizos, caídos del rayo, etc)

Cuando se vela a un aymara se ríe, hasta se baila, eso se bebe porque al difunto le gustaba y tenía ese carácter; se da comida, no como agradecimiento, es señal de que se está compartiendo con el difunto, por eso antes de comer se reza y se dice “katuspan” que se reciba.

La muerte para el aymara tiene otra connotación con relación a la cultura occidental, el lugar donde está enterrado no puede ser perturbado, es sagrado, si hurgas los chullpares te da una enfermedad que te puede llevar a la muerte.

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Hoy vemos aberraciones en el tratamiento de los difuntos.  Desde la cosmovisión aymara en esta pandemia, no se respeta al fallecido. Sin duda los ajayus de los difuntos están penando porque no se despidieron de sus familiares.

En este caso, es urgente realizar ritos de despacho que consiste de mandar a los ajayus hasta el “wiñay marka” que es el lugar donde moran sus “espíritus” en los cerros, para que desde ahí vigile y que resguarde a la familia de todo mal, de lo contrario puede ocurrir calamidades.

Desde la cosmovisión de los ancestros aymaras todo tiene “ajayu” (energía) desde los astros, el sol, la luna, las estrellas, las constelaciones, etc: “Cauquitpacha”; las nubes, arco iris, rayo, etc.: “alaxpacha”; las montañas, ríos, mares, lagos, plantas y animales, el dinero, las personas, etc. “akapacha” y los minerales, volcanes, aguas termales etc. “ManqhaPacha”.

  • Tata Uriki David Ticona: es Abogado, periodista, Filósofo y Teólogo Aymara, yatiri amawta (Egresado de la carrera de Filosofía y Teología Indígena de la Universidad Indígena Privada Tawantinsuyu Axlla Uta del Apu Inka German Choque).  Gestor y fundador de la UPEA (1989-2000)Contactos: cel:71539769

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