21 de septiembre de 2024. – Las organizaciones evistas que lideran la marcha hacia La Paz han admitido en una carta dirigida al secretario general de la ONU, António Guterres, que uno de los objetivos principales de la movilización es el reconocimiento del congreso de Lauca Ñ y la habilitación del expresidente Evo Morales como candidato para las elecciones de 2025. Este congreso, realizado sin la participación del sector arcista, aprobó la postulación de Morales en un contexto de tensiones internas en el Movimiento al Socialismo (MAS).
El documento enviado a la ONU también denuncia al Gobierno del presidente Luis Arce por el uso de “grupos de choque” y la intervención de la Policía, acusándolos de intentar desarticular la marcha. Los marchistas argumentan que estas acciones represivas reflejan la profunda crisis política y social que atraviesa Bolivia, intensificada por las divisiones dentro del MAS entre los sectores afines a Arce y los seguidores de Morales.
Sin embargo, las declaraciones públicas de Evo Morales contradicen en parte las intenciones explícitas de sus seguidores. Aunque Morales ha reiterado que “la marcha no es por una persona, no es por Evo”, el contenido de la carta muestra claramente que uno de los propósitos fundamentales es su habilitación para los comicios de 2025. Esto ha generado dudas y críticas sobre las verdaderas motivaciones de la movilización.
La marcha, que comenzó el pasado martes desde Caracollo, tiene previsto ingresar a la ciudad de El Alto y La Paz el lunes, donde se espera que los sectores arcistas y el gobierno de Luis Arce refuercen su presencia para evitar posibles enfrentamientos. Mientras tanto, las tensiones políticas siguen en aumento, con cada bando buscando consolidar su posición en un ambiente cada vez más polarizado.
El reconocimiento internacional del congreso de Lauca Ñ, mencionado en la carta dirigida a la ONU, podría ser un factor clave para las futuras estrategias políticas de Evo Morales y sus seguidores. El expresidente mantiene una base sólida de apoyo en varios sectores del país, pero enfrenta la resistencia del ala arcista dentro del MAS, que cuestiona su intento de regresar al poder en las elecciones de 2025.
Las próximas horas serán decisivas para el futuro de la marcha y el curso que tome la crisis política en Bolivia, donde las divisiones internas del MAS podrían profundizarse aún más si no se logra un acuerdo o un diálogo entre las facciones en conflicto.