El Alto, 24 de octubre de 2024. – Los panificadores de El Alto han declarado estado de emergencia debido a la falta de entrega de harina subvencionada por parte de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), lo que pone en riesgo la producción del pan de batalla para este viernes. Así lo informó el dirigente de los panificadores, Juan de Dios Castillo, quien señaló que la situación se agrava a medida que se acercan las fiestas de Todos Santos, un periodo de alta demanda de pan.
“Estamos en estado de emergencia, justamente por el retraso de harina, y nosotros no estamos garantizando el abastecimiento del pan para mañana (viernes)«, explicó Castillo, añadiendo que los panificadores no han recibido la harina que el gobierno se comprometió a entregar.
Deuda millonaria y retrasos prolongados
El dirigente informó que Emapa adeuda 86 mil bolsas de harina a los panificadores, una cantidad equivalente a más de Bs 11 millones. Según Castillo, este monto ya fue cancelado, pero la empresa estatal no ha cumplido con la entrega de la harina desde junio, lo que ha generado incertidumbre entre los productores de pan.
Si bien el precio del pan de batalla no está en discusión gracias a un convenio firmado con el gobierno, Castillo advirtió que los panificadores han tenido que recurrir al mercado libre para comprar harina a precios elevados, llegando a pagar hasta Bs 300 por cada quintal. Esto ha generado una carga económica insostenible para los productores, quienes ya no pueden seguir subvencionando el costo de la harina.
Producción de pan de batalla en riesgo
La falta de harina no solo afecta a los panificadores de El Alto, sino también a los de La Paz. El dirigente de la Federación de Panificadores Artesanos de La Paz, Dandy Mallea, afirmó que muchos de sus afiliados han dejado de producir el pan de batalla debido al desabastecimiento de harina. «Si en algún lugar hay pan de batalla, es por pura suerte«, comentó Mallea, subrayando la gravedad de la crisis.
Ambos dirigentes instaron al Gobierno y a Emapa a solucionar el problema lo antes posible, ya que no solo afecta a los panificadores, sino también a los consumidores que dependen del pan como un alimento básico.
La emergencia declarada por los panificadores podría derivar en una crisis más amplia si no se regulariza la entrega de harina, especialmente durante la temporada de Todos Santos, cuando la demanda de pan se incrementa significativamente.