El Alto, 18 de septiembre de 2024. – La Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto, ubicada en la avenida 6 de Marzo, se convirtió en el escenario de un violento enfrentamiento, cuando seguidores de Juan Saucedo tomaron las instalaciones que estaban bajo control de Alberto Quelali. Este incidente es el reflejo de la pugna política entre facciones de la organización vecinal, que buscan consolidarse como la única representación legítima en la ciudad.
El conflicto escaló alrededor del mediodía, cuando un grupo liderado por Saucedo irrumpió en la sede de la Fejuve, expulsando a los simpatizantes de Quelali. A pesar de que Saucedo asegura que la toma fue pacífica, las imágenes y testimonios contradicen esta versión. Las oficinas quedaron destrozadas: las puertas fueron violentadas, los documentos quemados, y en las paredes y pisos se encontraron manchas de sangre.
Durante el incidente, se reportaron heridos y momentos de gran tensión. En un video que circula por las redes sociales, se observa a varias personas, entre ellas una mujer de pollera, escapando por la parte trasera del edificio y saltando desde el techo, uno de ellos cae al suelo y no puede levantarse, lo que incrementó la preocupación por su estado de salud. Alberto Quelali, quien encabezaba la dirección en ese momento, fue visto haciendo una llamada mientras sus seguidores intentaban huir.
Las oficinas, que albergaban la radio Fejuve, también sufrieron daños considerables. Equipos electrónicos fueron destruidos, cables y papeles se encontraban esparcidos por el suelo, y varias ventanas fueron rotas durante el enfrentamiento.
Saucedo justificó su accionar señalando que la sede «ya no puede ser un búnker político ni un bar», acusando a la administración de Quelali de convertir el lugar en un espacio de «prostitución política». Según Saucedo, su intención es devolver las oficinas a los vecinos de El Alto para trabajar por el desarrollo de los 14 distritos de la ciudad.
Este episodio es el más reciente de una serie de enfrentamientos por el control de la Fejuve, donde los líderes vecinales buscan consolidar su liderazgo, en un contexto de creciente tensión y división política.